La
expresión nudo gordiano es una que utilizamos mucho en nuestras
cotidianidad, ¿pero alguna vez se han preguntado de dónde procede o cuál es su
significado?
La popular
expresión procede de una leyenda griega según la cual los habitantes de Frigia (actual Anatolia, Turquía) necesitaban elegir
rey, por lo que consultaron al oráculo,
respondiéndoles este que el nuevo rey vendría por la Puerta del Este acompañado
de un cuervo que se posaría en su carro y que escogieran a este hombre como
rey. Este hombre fue Gordias, un
labrador que tenía por toda riqueza su carreta y sus bueyes. Cuando le
eligieron rey fundó la ciudad de Gordio y,
en señal de agradecimiento, ofreció al templo de Zeus su carro, atando la lanza y
el yugo con un nudo cuyos cabos se escondían en el interior, tan complicado
según cuenta la leyenda que nadie lo podía soltar, y que el que lo consiguiese
conquistaría toda Asia.
Cuando Alejandro Magno (356–323 a. C.)
se dirigía a conquistar el Imperio Persa,
en el 333 a.C., tras cruzar el
Helesponto,
conquistó Frigia, donde se enfrentó al reto de desatar el nudo. Solucionó el
problema cortándolo con su espada. Esa noche hubo una tormenta de rayos que
simbolizó, según Alejandro, que Zeus estaba
de acuerdo con la solución, y dijo: «tanto monta cortar como desatar» ('da lo
mismo cortarlo que desatarlo').
El término
"nudo gordiano" ha permanecido en el lenguaje para dar nombre a una
dificultad que no se puede resolver, a un obstáculo difícil de salvar o de
difícil solución o desenlace, en especial cuando esta situación sólo admite
soluciones creativas o propias del pensamiento lateral. "Cortar el nudo gordiano"
significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema, es decir,
que descubriendo la esencia del problema, podremos revelar todas sus
implicaciones.
El lema
personal de Fernando el Católico,
“Tanto monta”, hace alusión a este nudo: «tanto monta cortar como desatar». Es
decir, da igual cómo se haga, lo importante es que se consiga
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